Este hechizo sirve para hacer que un hombre venga a ti, te siga y obedezca. También se puede hacer sobre una mujer.
Necesitarás los siguientes elementos:
- Aceite esencial de sándalo o canela
- Algo del ser amado (puede ser algún fluido corporal, uñas o cabello)
- Algo tuyo (lo mismo)
- Una cuchara de plata
- Pañuelo de papel
Ve al patio trasero de tu casa. Mira en la dirección en la que se encuentra tu ser amado. Siéntate y medita. Luego visualiza a la persona en cuestión volviéndose obediente, dejando sus caminos errantes, sometiéndose a tu dominio.
1) Cava un hoyo en el suelo de unos tres centímetros de profundidad.
2) Envuelve los objetos personales (tuyos y de la otra persona) en el papel y sigue visualizando tu dominio. Repite para ti mismo su nombre seguido de “me obedeces“, “me obedeces“, “haz lo que digo.”
3) Pon el papel con los objetos en el hoyo que has hecho. Cubre el agujero y párate sobre él, de espaldas a la dirección en la que tu ser amado se encuentra. Imagina a la persona detrás de ti. Di de nuevo las órdenes anteriores.
4) Asegúrate de dejar tus huellas en el lugar y luego verter el aceite sobre las pisadas. Verte gotas sólo en cantidades impares. Tres gotas, siete, o nueve, pero no cinco.
5) Di su nombre varias veces, y luego di en voz alta con voz de mando, “¿Me entiendes?” “Tú vienes a mí, ahora!” “Ven aquí, haz lo que te digo!” “Quítate de delante de mí, tu vas detrás de mí!” (ponte exigente con él, di lo que le apetezca con una voz autoritaria. Haz que te obedezca. Recuerda que ahora tú tienes el control. Visualízate como su dueña. Él es ahora tu objeto.)
Finalmente aléjate de allí diciendo: “Yo te domino, yo te domino.”
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