Hace falta consagrar una medalla a Santa Elena del siguiente modo: se la coloca sobre un trozo de tela verde en el que se clavan tres clavos pequeños dorados, que servirán para la ceremonia. También se necesita un objeto, retrato o figura dedicado a la persona que se quiere conquistar, en el cual se habrá de clavar uno de los clavos. Mientras se hace esto, se recita la Invocación a Santa Elena:
¡Ob! gloriosa Santa Elena, madre santísima del gran Constantino, emperador romano. Vos, que siendo bija del rey y la reina, al monte Olio fuisteis por vuestro entrañable amor vacía el divino Jesús.
Yo requiero vuestra poderosa mediación para conseguir lo que deseo. De estos tres clavos de Nuestro Señor Jesucristo, uno lo doy a vuestro hijo, el gran Constantino, otro tiro al agua como vos lo tirasteis al mar, para salvación de los navegantes, y el otro lo clavo en este objeto dedicado a (nombre de la persona a quien va dirigido el sortilegio) para que se clave en su corazón, para que no puede comer, ni en cama dormir, ni en silla sentar, ni con mujer ni hombre, ni tenga momento de reposo, hasta que por vuestra intención se rinda a mis plantas.
Si esto que deseo me fuera concedido por muestra meditación, seré toda mi vida vuestro amante sincero y devoto o devota), por los siglos de los siglos Amén
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